miércoles, 9 de septiembre de 2015

Qué pueblos autóctonos habitaron Río Hondo?

En dialogo con VOCES, Sebastián Sabater, Director del Museo Municipal Rincón de Atacama, relató la historia de los primeros habitantes del Departamento Río Hondo, y sobre su trágico cruce con los conquistadores españoles. 

El museo recibe visitas de turistas y vecinos locales que son guiados por Sabater
Según cuenta Sabater, hace 6000 u 8000 años el hombre prehistórico ingresaba a Río Hondo. Estos grupos, que eran minoritarios, se desplazaban en pequeñas bandas siguiendo la caza de animales hoy extintos, sustentándose además con la recolección de frutos y semillas del monte. No estaban establecidos en moradas permanentes, sino que se desplazaban a medida que se iba agotando el recurso.

Después aparecieron otras culturas del área andina, que llegaron siguiendo el cauce del río dulce o bien la conexión Guasayán-Río Hondo a través de los cerros. La cultura Las Mercedes se establece en el departamento aproximadamente en el 450 de nuestra era. Eran individuos que practicaban la agricultura, pesca y cacería en los montes circundantes, estableciéndose en lugares permanentes. Esta fue una de las entidades que más se desarrolló en la zona, siendo el área “Rincón de Atacama” el establecimiento más antiguo de dicha cultura.
 Más tarde aparecieron otros tipos de culturas, como la Famabalasto, la Sunchituyoj, y la Averías; está última mantuvo estrecho contacto con los conquistadores. 

Durante el periodo colonial, los pueblos originarios de Río Hondo eran los Tonocoté, llamados Juríes por los españoles (nombre que venía de la palabra Suri, animal del que utilizaban las plumas para hacer su vestimenta). Este grupo cultural desapareció como consecuencia de la actividad de los colonos. Dicha etnia funcionaba como mano de obra calificada, ya que eran grandes trabajadores y no belicosos, por lo que se los desarraigó y utilizó para la molienda de minerales en Potosí y en las estancias y haciendas de la región. Los pocos que quedaron se mestizaron con el español. Por esto no hay comunidades puras de Tonocoté en Santiago del Estero. De los demás grupos étnicos se sabe que han estado, pero no hay escrito que lo testifiquen. 
 
Sobre el mito de que el Imperio Incaico llegó hasta Santiago del Estero, Sabater explicó que no es más que un recurso turístico que se ha utilizado en nuestra ciudad, estableciendo la leyenda de que los Incas venían desde el Perú para darse baños curativos en Las Termas, aunque esto tiene nulo asidero histórico.

En cuanto al porqué del hablar quichua en la provincia, el director comentó que los conquistadores encontraban de difícil pronunciación el idioma Tonocoté (de origen mataco, de las amazonas), muy distinto a la legua que los españoles aprendieron en los Andes. De esta forma, los colonos decidieron enseñarles el quechua a los niños Tonocoté, para que sirvan de puente comunicacional.

El museo en la actualidad: necesidades y trabajos

Entre las mayores necesidades del museo, Sabater cuenta que están a la espera de poder contar con un edificio nuevo. “Estamos en un espacio reducido que nos quedó chico, donde además la escalera principal imposibilita la visita de gente mayor. Por eso estamos trabajando en un proyecto con el intendente. Si Dios quiere y si las gestiones se dan de manera rápida, podremos solucionar esto”.
 A su vez, también relató que el museo tiene la actividad permanente de búsqueda y rescate de materiales, sobre todo entre los meses que van de septiembre a diciembre, época en la que el rio y el lago bajan. 

“Tenemos el agravante de que con la construcción del dique El Sauzal se van a negar 17 mil hectáreas, por las que vamos a tener que armar un grupo de trabajo con la empresa encargada de su construcción, y vamos a tener cinco años para extraer todo lo que podamos. Después de esto probablemente la cola del embalse llegue hasta la ciudad, así que vamos a quedar entre dos lagos y perderemos gran parte de los sitios donde trabajar para rescatar nuestro patrimonio”, finalizó Sabater.