Recientemente dieron a
conocer una publicación científica “El primer registro del
Neolicaphrium recens, Frenguelli, 1921 (Mammalia, Litopterna) en los depósitos
del Pleistoceno del río Dulce, departamento de Rio Hondo, Santiago del Estero, Argentina”
El registro más
septentrional y más occidental de la especie, ampliando así su distribución. Los
datos geológicos sugieren que el material proviene del pleistoceno, es decir,
de los últimos 2 millones de años.
En el año 2015, el Museo
Municipal Rincón de Atacama de Termas de Rio Hondo y el Museo Municipal Punta
Hermengo de Miramar, dieron a conocer restos fósiles de otro proteroterio
que vivió durante el Mio- Plioceno (5 millones de años) anterior a este último,
procedente de Las Cañas.
Eran animales con aspecto de caballo, que vivieron entre
el Oligoceno y el final del Pleistoceno (Neolicaphrium recens, el último representante de los proteroteríidos). Hubo otra familia de
meridiungulados, perteneciente al suborden de los Notoungulata que también
presentaron formas semejantes a los caballos. La difusión de las planicies
abiertas por todo el continente sudamericano contribuyó a la evolución de unos
animales corredores de estructura ligera.
Animales de pequeño y mediano tamaño que por su aspecto y
sus proporciones eran caballos en miniatura, como ocurrió después paralelamente
entre los équidos arcaicos. Los primeros proteroterios tenían un dedo central
muy grande en cada pie, y dos laterales más pequeños que apenas tocaban al
suelo, algo similar a lo que ocurre en las patas traseras de los jabalíes
actuales.