viernes, 19 de abril de 2019

Perfil de Termas de Río Hondo, una ciudad que crece junto al Museo Rincón de Atacama.

De manera cíclica, el río Dulce tiene bajantes en su nivel. En una de esas ocasiones en la década de 1990, Sebastián Sabater comerciante hondeño, recorría las márgenes desnudas de caudal que dejaban al descubierto fragmentos de yacimientos de cerámica. Los comenzó a recoger y coleccionar. 
 
Al poco tiempo en un fortuito encuentro con museólogas del Chaco y Catamarca les mostró los restos que guardaba en una caja de zapatillas deportivas. Palabras más, palabras menos, las especialistas manifestaron que en esas escasas piezas contenía un tesoro del testimonio histórico de pueblos originarios.
 
Sebastián persistió en la búsqueda y al poco tiempo ya contaba con puntas de flechas, morteros y hasta una ocarina (instrumento de viento de tres tonos), y lo que se inició como un interés de fin de semana, se convirtió en pasión.
 
Alentado y apoyado por algunos amigos comenzó a gestar un museo en la ciudad de Termas de Río Hondo. El 25 de noviembre de 1988 abrió las puertas el Museo Paleoantropológico Rincón de Atacama, en el Centro de Comercio, Industrias y afines. En 1995 y a instancias de la misma entidad se inauguró el edificio en el cual funciona en la actualidad.
 
“Al comenzar sólo había unas vitrinas con algunos fragmentos y hoy ya no nos alcanzan los sitios para exponer las colecciones”, cuenta Sebastián. 
 
Uno de los rasgos significativos es que la mayoría de los elementos fueron encontrados en la ciudad, aunque también hay otras colecciones que fueron cedidas desde otras provincias. 
 
En vías de lograr un nuevo edificio que sea accesible a gente de la tercera edad y discapacitados (hoy ocupa una planta alta que se sortea a través de escaleras), el recinto cuenta con restos de mastodontes, un gliptodonte completo y restos de otros animales prehistóricos.
 
La colección se completa con vasos y platos de cerámica negra, piezas funerarias de 1.550 años de antigüedad y muestras entomológicas de mariposas, otros insectos y paleobotánica.
 
Desde 2004 el museo es municipal y tiene como compromiso el rescate, estudio, protección y difusión del valioso patrimonio natural y cultural del Departamento Río Hondo. 
 
Desde aquel lejano día en que Sabater encontró los primeros restos de vasijas, su vida cambió para siempre. Capacitaciones y conferencias, un estrecho contacto con científicos de la Universidad de Tucumán y Santiago del Estero, decidieron su futuro. Hoy es el entusiasta director del Museo Municipal Rincón de Atacama. Fuente; Voy de Viaje.