Durante el
Pleistoceno tardío, hace unos 20 mil años antes del presente, a orillas del Río
Dulce habitaban animales parecidos a los de hoy, pero de tamaños y formas
variadas. Había perezosos de cuatro metros de altura, como el Megaterio
(Megatherium) emparentado con el perezoso de tres dedos de la actualidad.
Macrauchenoas, parecidos a camellos pero con trompa, pertenecientes a un linaje
muy antiguo de Sudamérica. Otros llamativos eran los armadillos, como los
gliptodontes (sin bandas móviles en el caparazón) y los Pampaterios (con bandas
móviles, como las especies actuales) algunos de ellos pesaban mas de una
tonelada, mientras otras tenían 200 kilogramos. También había Mastodontes (no están
en la imagen), muy parecidos a los elefantes y mamut, tal vez, la especie con
mayor frecuencia, y seguramente también hubo carnívoros, como grandes lobos y
dientes de sable. Todos ellos y otras criaturas milenarias habitaron nuestra región.
Te esperamos en el Museo Municipal Rincón de Atacama para que las conozcas.
Las figuras
antropomorfas son aquellas que representan o quieren representar al ser humano.
En el Museo Municipal Rincón de Atacama de la ciudad de Termas de Río Hondo, se
exhiben y resguardan varias de ellas, encontradas en la región y pertenecientes
a los antiguos grupos humanos que vivieron en las proximidades del Río Dulce. Los
esperamos en el Museo!!!.
Pedido de difusión - Desde
mañana se realizarán las 3º Jornadas de Historia de Santiago del Estero y el
NOA en el año del Bicentenario de la Independencia, que contará con la
presencia de destacados historiadores nacionales. Este evento está organizado
por la Licenciatura en Historia de la Unse, el Instituto Superior La Sagrada
Familia, la Biblioteca Sarmiento y el Instituto Superior del Profesorado
Provincial Nº 1. La sede del encuentro será la Facultad de Humanidades de la
Unse los días 20, 21 y 22 de octubre.
Según comentaron Alejandro
Yocca y Adriana Medina, las jornadas proponen un espacio académico para debatir
las investigaciones recientes sobre la historia santiagueña y del NOA, así como
abordar perspectivas globales y comparativas con otras regiones.
Este año llegarán para
disertar el Dr. Darío Barriera, la Dra. Susana Bandieri, el Dr. Daniel Campi y
el Dr. Hugo Biagini, entre otros reconocidos profesionales.
De este encuentro también
participarán investigadores y estudiantes con la exposición de sus trabajos
sobre diversos aspectos dela historia provincial y reginal (política, economía,
sociedad, cultura, relaciones de género, etc.) y todo los que deseen hacerlo en
calidad de asistentes.
Las acreditaciones
comenzarán mañana a partir de las 8 en la Unse. Vale destacar que se entregarán
certificados a los asistentes de estas jornadas provinciales. El Liberal.
En el Museo Municipal Rincón de Atacama de la ciudad termal
de Río Hondo, se exhibe una gran cantidad de elementos culturalesde la comunidad tonocoté.
El pueblo tonocoté exhibe evidencias de ocupación de la
región centroccidental
santiagueña, con prolongaciones hacia la actual provincia de Catamarca, desde
el siglo VII. En el siglo XVI, su presencia fue registrada por los cronistas
españoles como habitantes “juríes”, un término que englobaba también a los lule
y que hacía referencia a sus prácticas de caza y cría del avestruz (xuri, en
lengua tonocoté). Cultivadores y sedentarios, artesanos textiles y ceramistas,
muy hábiles en la recolección de la miel –producto que componía el intercambio
con otros pueblos–, fueron rápidamente sometidos al régimen de encomiendas, a
la “saca de indios” o traslados forzosos hacia las haciendas o hacia Potosí y,
posteriormente, a su reducción en las misiones jesuíticas del área. La política
colonial suprimió los activos intercambios que las caravanas tonocotés
mantenían con las poblaciones comechingonas y sanavironas, diaguitas y,
posiblemente, también con el Alto Perú.
El kakán, la lengua tonocoté, había incorporado parcialmente el queshwa en
contacto con las colonias de agricultores enviados por el inca para ocupar esos
territorios. De esos intercambios surgió el quechua, lengua que luego los
españoles utilizarían para sojuzgar a los pueblos e imponer la religión cristiana,
pero que hoy es valorada como un sustento de su identidad colectiva.
En el siglo XIX, fueron reclutados para integrar las peonadas de las grandes
haciendas que se conformaron sobre la propiedad agraria colonial y se
produjeron nuevas expulsiones de familias campesinas indígenas. Iniciado el
siglo XX, comenzó la explotación a escala industrial de los bosques de la
región con la instalación de grandes obrajes y, por ende, el incremento de la
explotación laboral de la población indígena trasladada masivamente a las zonas
de obraje.
La temprana experiencia de la migración laboral iniciada en el siglo XVI no se
ha mitigado en la actualidad. Los tonocotés, como buena parte de la población
rural santiagueña, integran las cuadrillas de trabajadores que, una o dos veces
al año, parten hacia Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos o hacia el sur de la
Provincia de Buenos Aires, para incorporarse a los ciclos de cosecha.
El desmonte incontrolado ha afectado la capacidad productiva del suelo, ha
ahuyentado o extinguido las especies animales y vegetales, y ha acentuado la
penuria de las familias tonocotés. En respuesta, este pueblo fortaleció sus
organizaciones recreando sistemas de autoridad con énfasis en su identidad
indígena, formando cooperativas de productores e invocando los nuevos marcos
legales para su reconocimiento institucional como pueblo indígena con derecho a
la propiedad comunitaria de sus tierras.