Según cuenta Sabater, hace 6000 u
8000 años el hombre prehistórico ingresaba a Río Hondo. Estos grupos, que eran
minoritarios, se desplazaban en pequeñas bandas siguiendo la caza de animales
hoy extintos, sustentándose además con la recolección de frutos y semillas del
monte. No estaban establecidos en moradas permanentes, sino que se desplazaban
a medida que se iba agotando el recurso.
Después
aparecieron otras culturas del área andina, que llegaron siguiendo el cauce del
río dulce o bien la conexión Guasayán-Río Hondo a través de los cerros. La
cultura Las Mercedes se establece en el departamento aproximadamente en el 450
de nuestra era. Eran individuos que practicaban la agricultura, pesca y cacería
en los montes circundantes, estableciéndose en lugares permanentes. Esta fue
una de las entidades que más se desarrolló en la zona, siendo el área “Rincón
de Atacama” el establecimiento más antiguo de dicha cultura.
Más tarde aparecieron otros tipos de culturas, como la Famabalasto, la Sunchituyoj, y la Averías; está última mantuvo estrecho contacto con los conquistadores.
Más tarde aparecieron otros tipos de culturas, como la Famabalasto, la Sunchituyoj, y la Averías; está última mantuvo estrecho contacto con los conquistadores.
Durante el
periodo colonial, los pueblos originarios de Río Hondo eran los Tonocoté,
llamados Juríes por los españoles (nombre que venía de la palabra Suri, animal
del que utilizaban las plumas para hacer su vestimenta). Este grupo cultural
desapareció como consecuencia de la actividad de los colonos. Dicha etnia
funcionaba como mano de obra calificada, ya que eran grandes trabajadores y no
belicosos, por lo que se los desarraigó y utilizó para la molienda de minerales
en Potosí y en las estancias y haciendas de la región. Los pocos que quedaron
se mestizaron con el español. Por esto no hay comunidades puras de Tonocoté en
Santiago del Estero. De los
demás grupos étnicos se sabe que han estado, pero no hay escrito que lo
testifiquen.
Sobre el
mito de que el Imperio Incaico llegó hasta Santiago del Estero, Sabater explicó
que no es más que un recurso turístico que se ha utilizado en nuestra ciudad,
estableciendo la leyenda de que los Incas venían desde el Perú para darse baños
curativos en Las Termas, aunque esto tiene nulo asidero histórico.
En cuanto
al porqué del hablar quichua en la provincia, el director comentó que los
conquistadores encontraban de difícil pronunciación el idioma Tonocoté (de
origen mataco, de las amazonas), muy distinto a la legua que los españoles
aprendieron en los Andes. De esta forma, los colonos decidieron enseñarles el
quechua a los niños Tonocoté, para que sirvan de puente comunicacional.
El
museo en la actualidad: necesidades y trabajos
Entre las mayores necesidades del museo, Sabater cuenta que
están a la espera de poder contar con un edificio nuevo. “Estamos en un espacio
reducido que nos quedó chico, donde además la escalera principal imposibilita
la visita de gente mayor. Por eso estamos trabajando en un proyecto con el
intendente. Si Dios quiere y si las gestiones se dan de manera rápida, podremos
solucionar esto”.
A su vez, también relató que el museo tiene la actividad permanente de búsqueda y rescate de materiales, sobre todo entre los meses que van de septiembre a diciembre, época en la que el rio y el lago bajan.
A su vez, también relató que el museo tiene la actividad permanente de búsqueda y rescate de materiales, sobre todo entre los meses que van de septiembre a diciembre, época en la que el rio y el lago bajan.
“Tenemos
el agravante de que con la construcción del dique El Sauzal se van a negar 17
mil hectáreas, por las que vamos a tener que armar un grupo de trabajo con la
empresa encargada de su construcción, y vamos a tener cinco años para extraer
todo lo que podamos. Después de esto probablemente la cola del embalse llegue
hasta la ciudad, así que vamos a quedar entre dos lagos y perderemos gran parte
de los sitios donde trabajar para rescatar nuestro patrimonio”, finalizó
Sabater.